sábado, 19 de noviembre de 2011

Remember, remember, the 5th of November

Viernes, noche de cine. Esta noche, tras 6 meses insistiendo, por fin se me ha hecho caso, y hemos visto V de Vendetta, la adaptación del cómic de Alan Moore y David Lloyd, que una vez tuve en tomo y que ya no. Cosas que pasan.


Lo cierto es que hace más de cuatro años desde la última vez que leí el cómic, y la película, aparte de sólo haberla visto una vez (en el cine) la vi incluso antes de dicha última lectura, por lo que no recordaba mucho, más allá de que en su momento el final del cómic me gustó más (Hollywood aún no le ha terminado de coger el punto a Alan Moore).

Es cierto que a grandes rasgos lo recordaba casi todo, pero había cosillas que se me escapaban, como el empleo de la protagonista femenina, la asociación de la madrugada del 5 de noviembre con el paso de una vieja situación, un antiguo régimen, a uno nuevo y brillante, lleno de esperanza, y alejado de las sombras del pasado, o la orientación sexual del presentador de TV amigo del personaje de Natalie Portman (hubiera jurado que se liaban). De hecho, la convivencia entre ambos personajes era de lo que menos me acordaba.

Como decía antes, llevo con ganas de volver a ver esta película desde mayo, cuando por los movimientos de indignados las máscaras de Guy Fawkes que aparecen en la película empezaron a hacerse populares, y la Warner empezó a forrarse por venderlas. Muchas veces me pasa eso, que por alguna razón quiero ver una película (la anterior a esta fue Superman Returns) y tardo seis meses hasta que convenzo a alguien para verla, o hasta que me canso y la acabo viendo solo (lo que me pasó con Superman Returns). Esta vez he tenido suerte, y a mis colegas les apetecía volver a verla, así que hemos podido disfrutarla en compañía.

Lo cierto es que, comentaba uno de ellos, si Alan Moore se hubiera dedicado a la novela en vez de a los cómics, ahora sería un reputado autor de fama internacional. Ahora, lo más que consigue son dos sketches en Muchachada Nui (¡Nui!), bastante graciosos, eso sí.

Me siguen encantando los villanos/antihéroes de Alan Moore ("¿Avisarte? ¿Para qué? ¿Para que desbarates mis planes? Naa, si te lo cuento es porque lleva media horita hecho"), y lo cierto es que es una obra que, pese a no ser atemporal, sí sigue estando vigente en estos días, más allá del tema de las máscaras.

V, el protagonista, representa al idealista, a ese personaje arquetípico de tebeo que lucha por algo más grande que él, y un poco como el Leónidas de 300 (hablé de ello hace nada, deberíais leer el blog más a menudo) es capaz de que esos mismos ideales le mantengan vivo cuando ya, por pura lógica, no debería estarlo. Moore y Miller son guionistas muy distintos, y sus personajes también lo son (incluso cuando escriben al mismo). Moore es mucho más culto que Miller, más ilustrado, con una formación literaria mucho más rica, alejada del medio, menos endogámica, y eso se nota en cada trabajo del británico, no siendo V de Vendetta una excepción.

Supongo que la película la habréis visto todos. Hay gente que discrepa, pero yo me voy a permitir que, si podéis, leáis el cómic en el que se basa, ya que la considero una obra muy superior. Una obra muy recomendable para entender la trayectoria de un guionista imprescindible.

Y próximamente espero hablar de Watchmen, versión extendida.

2 comentarios:

Scheherezade dijo...

Tienes que volver a leerlo... ^^

Ulex dijo...

Por eso lo tengo en la lista de cosas que quiero y no tengo (abajo, derecha)

Aunque a este ritmo, antes caerá la tablet y la versión digital.