domingo, 27 de julio de 2014

Ahora lo entiendo todo

Hace un tiempo me extendí un rato largo sobre el canon de Star Wars (y divagué mucho en el proceso). Ayer, tras leer una noticia relativa a la Comic-Con de San Diego, tuve una epifanía sobre ese mismo tema.

O tal vez es que soy lento. A ver que os parece.

En 1977 George Lucas iba a estrenar su película Star Wars. Como su contrato de distribución con la Fox incluía quedarse con toda la pasta generada por el merchandising, alguien de su entorno se puso en contacto con gente de Marvel, con el objetivo de adaptar Star Wars en cómic. En principio Stan Lee no estuvo interesado, pero otros editores, sí, y dicha adaptación se realizó, y fue el comienzo de una serie que continuó hasta casi los 90, incluyendo además adaptaciones de las dos secuelas (que había que meter con calzador en la continuidad de la serie de cómics ya que, como en su momento comenté, las películas mandan). Muy probablemente, que en este período Lucas firmara una película sobre el Pato Howard (personaje Marvel), está relacionado con este contrato.

La serie de Star Wars fue un rotundo éxito, y salvó a Marvel de la quiebra, ya que hubo un momento en que sólo Conan, la Patrulla-X y Star Wars eran colecciones que vendían. Los 50 fueron tiempos complicados para los cómics de superhéroes (en ventas), y también lo fueron el final de los 70 y el principio de los 80 (también lo fueron los 90, pero más bien a nivel artístico). El mercado de los superhéroes es cíclico, y más le vale a Marvel disfrutar del momento dulce que vive, pues preveo crisis en el mismo momento en el que Robert Downey, Jr. deje de ser Iron Man.

Los cómics de Star Wars de Marvel son, en el mejor de los clásicos, flojillos. Triunfaron en su momento por ser parte de la franquicia que eran, y aún se venden por la misma razón, pero el dibujo nunca fue maravilloso, y las historias, sobre todo una vez visto que Lucas les pisotearía lo que quisiera cuando sacara una película nueva, eran bastante intrascendentes. Además, en los 90 pre-Image, Marvel ya no pasaba un momento económico tan delicado, con el X-Men de Claremont y (Jim) Lee vendiendo la de Dios, o McFarlane imprimiendo dinero con su Spider-Man de dos manos izquierdas, por lo que Lucas (no George, claro, él estaba muy ocupado emulando al tío Gilito en su piscina de monedas, me refiero a alguien de su compañía) negoció con Dark Horse para llevarse la franquicia allí.

Gracias a este acuerdo, Dark Horse se convirtió en la editorial de cómic independiente (se entiende por cómic independiente TODO lo que no es ni Marvel, ni DC) más importante (de nuevo, hasta la llegada de Image). Sacaron tropecientas colecciones de Star Wars a lo largo de los años, de calidad desigual (aunque siempre superando el aprobado) y compartían universo expandido con las novelas y los videojuegos que iban apareciendo. Hubo que lidiar con las precuelas y tal, como ya hablé en el anterior post sobre este tema, pero vendían bien, y sacaban buenos tebeos.

Pero una sombra oscura se cernía sobre La Fuerza (TM), una tan terrible y poderosa, y de consecuencias tan inesperadas, que ni los Jedis ni los Sith pudieron hacerle frente. Y hace unos pocos años, Disney compró Marvel.

Sí, la imagen es del Dragon Fall de Nacho Fernández y Álvaro
López, pero es que ellos fueron los primeros en verlo venir.

En principio todo fue guay. Disney dijo que no interferiría con lo que Marvel estaba haciendo (básicamente, tras estrenarse como estudio cinematográfico independiente con Iron Man, ganar mucho dinero), y que, por ahora, todo seguiría igual. Coincidiendo con el estreno de Tron 2, muchos cómics Marvel aparecieron con portadas basadas en la película, pero poco más. Ni siquiera las editoriales que publicaban cómics basados en personajes Disney (Kaboom, por ejemplo, tenía una serie de Patoaventuras, y otra del Pato Darkwing) tenían que preocuparse, pues Disney no quería mezclar. Sí, claro.

De repente, grandes series de animación, con muy buena acogida y audiencias más que decentes, como son Avengers: Earth Mightiest Heroes, Spectacular Spider-Man y Wolverine & The X-Men son canceladas, y el canal Disney XD presenta las muy inferiores Avengers Assemble, Ultimate Spider-Man o Hulk: Gamma Squad. Los vengadores (y Spidey) se cuelan en un especial de Phineas y Ferb, para mayor gloria de Perry el Ornitorrinco y, como ya sabemos, el videojuego Disney Infinity 2.0 tendrá tres bloques de personajes: Vengadores, Ultimate Spider-Man, y Guardianes de la Galaxia. Algunos personajes incluso podrán funcionar en el modo historia de otro de los grupos, como Iron Man (Vengadores) y Nova (Ultimate Spider-Man) en Guardianes de la Galaxia o, muy probablemente, Nick Furia (Ultimate Spider-Man) en Vengadores. Y no nos olvidemos de que los personajes de Disney Infinity también podrán pasearse por ahí. ¿Para qué necesitas un pack de los 4 Fantásticos si tienes a Los Increíbles?

Y va Disney, y compra Star Wars. Y nada va a cambiar, todo seguirá igual, y vamos a hacer tres películas nuevas, y varios spin-offs, y todos felices y a ganar pasta. Pero primero nos cepillamos The Clone Wars (que vale, en algún momento tenía que acabar, pero justo lo hace ahora) para sustituirla por una serie que estrenará Disney XD, y después declaramos que todo lo publicado por Dark Horse (entre otras cosas, que repito que aquí entran novelas y videojuegos sacados a la venta por el propio Lucas) ya no es canon, y a partir de ahora sólo serán canon las cosas que Kathleen Kennedy (empleada de Disney en cuyo contrato se define su puesto como ser la nueva George Lucas, pero a ser posible sin barba, y con mejor gusto en las camisas) apruebe. Y aquí llega mi epifanía.

De repente, Dark Horse se encuentra con una manzana podrida. Una franquicia que, de hecho, ya no controla. Van a poder seguir sacando tebeos un tiempo, pero la jugada de Disney ya está clara. La Star Wars de Dark Horse ya no vale, ya no cuenta, está apestada para los fans, y habrá que dar gracias si estos continúan hasta que se cierren las colecciones. Y esto ha sucedido porque hay que dejar espacio para la nueva Star Wars que empezará a publicar Marvel en 2015.

Al final, todo ha sido, simplemente, por pasta. Marvel volverá a publicar Star Wars, porque las dos pertenecen a la misma casa, y es más sencillo hacer borrón y cuenta nueva, que poner a los guionistas y dibujantes que se han contratado (algunos, esta vez sí, bastante buenos) a documentarse sobre lo publicado los últimos 30 años. Las tres nuevas series anunciadas (una desde la perspectiva del bando rebelde, otra desde la de la princesa Leia, y otra desde la de Darth Vader) transcurrirán entre los episodios IV y V, por lo que todo el mundo implicado tiene muy claro qué se puede hacer, y qué no, en esas series, respetando al 100% el canon establecido, y dejándolo perfectamente accesible para un público que ni sabe quién es el Gran Almirante Thrawn, ni quiere saberlo. Igual más adelante consiguen salir de ese margen, y puede que entonces tengan verdadera manga ancha para trabajar, pero ahora lo importante no es avanzar, sino rellenar huecos de una forma cómoda. Tampoco hay diferencia con como se trabaja ahora en Marvel, o en DC, donde sólo un par de guionistas pueden realmente llamarse así, mientras los otros son sólo escribas del editor de turno.

Eso sí, el fin de semana pasado aún se podían ver muñecas de Mara Jade en tiendas especializadas. ¿A Disney también le dejará de valer el dinero generado por estos personajes?

Sí, eso mismo pensaba yo.

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