sábado, 10 de mayo de 2014

Por qué este año no voy. Ni creo que vuelva nunca.

El fin de semana que viene se celebra el 32 Salón Internacional del Cómic de Barcelona. El mismo fin de semana se celebra, en Madrid, Expomanga 2014.


¿Es que no había fechas? Preguntarán unos. ¿Tenían que coincidir justo el mismo fin de semana? Preguntarán otros. Bueno, eso habría que preguntárselo a Ficomic, los responsables del Salón de Barcelona.

Es más o menos costumbre, para Expocomic y Ficomic (los organismos detrás de los grandes Salones, tanto de Cómic como de Manga, de Madrid y Barcelona, respectivamente), poner las fechas del salón del cómic cuando acaba el de manga, y viceversa, con unos seis meses de diferencia. Estos salones suelen ser a finales de primavera y otoño, siendo por lo general el de cómic de Barcelona el primero del año, seguido a las pocas semanas por el de manga de Madrid. En noviembre suele ser el Salón del manga de Barcelona, y a primeros de diciembre, el de cómic de Madrid.

Hay otros salones a lo largo de la geografía española (Zaragoza, Granada, Avilés, aunque este sea un poco especial, en el buen sentido), pero sus fechas son independientes de los de estas dos ciudades.

¿Por qué este año coinciden los dos primeros salones, si más o menos lo tenían organizado?

Ficomic, al acabar el Salón del Manga del año pasado, definió las fechas para el Salón del Cómic de 2014, del 8 al 11 de mayo. ¿Os suena? Sí, hoy debería ser el tercer día del salón.

Expocomic, por su parte, lleva años intentando alejarse de junio. Las últimas normativas municipales sobre aforo en ciertos recintos (independientemente de la actividad desempeñada dentro, y del consumo de alcohol) ha desembocado en salones medio vacíos, mientras largas colas de personas que quieren acceder (entrada comprada en mano) esperan fuera, bajo el sol de la Casa de Campo, a poder entrar. También han tenido problemas los privilegiados que conseguían entrar, pues la deficiente ventilación elevaba las temperaturas hasta unas marcas poco saludables, poniendo en una situación muy favorable al del puesto de granizados, pero consiguiendo que algunos asistentes sufrieran desmayos por el calor. Por esto, este año, Expocomic, al terminar el Salón de diciembre, decidió poner el Expomanga sólo una semana después del Salón de Barcelona, del 16 al 18 de mayo.

El caso es que, a principios de año, con las fechas ya marcadas, Ficomic decidió que no quería coincidir con el Gran Premio de Cataluña de Fórmula 1, que se celebra el 11 de mayo (mañana, entrenamientos hoy). Desconozco cuándo se decidieron las fechas del campeonato de F1, al igual que también desconozco por qué decidieron los de Ficomic que iban a perder asistentes (seguro que el número de personas que asistirían a ambos eventos no es muy extenso y, además, el Salón dura cuatro días, que dan tiempo a cualquier persona mínimamente interesada a asistir, aunque haya estado viendo las carreras en directo). Personalmente, creo que más que quitarle público, el gran premio de F1 amenazaba con restarle cobertura mediática, pero es sólo una conjetura personal.

¿Y qué fechas escogió para trasladar su Salón? Pues en el fin de semana siguiente, en el que no había nada importante que pudiera restarle protagonismo. ¿Qué? ¿El Expomanga? ¿Eso qué es?

Igual alguno de mis queridos lectores (o uno de los otros, que de todo hay) piensa que Madrid y Barcelona están lejos y que, con la que está cayendo, nadie iba a ir a los dos, de todos modos. Eso es, mayormente, cierto, pero no del todo. Aunque es verdad que no mucho público acude a ambos eventos, sí es cierto que comparten público, e igual alguno sí se daba el paseíto. Por otro lado, tenemos a autores y editores pequeños, que no pueden permitirse el desembolso de pagar dos stands a la vez (dependiendo de los beneficios de un salón para poder viajar al siguiente), o igual incluso carecen de personal para hacerlo. Ayer, los responsables de los webcomics El Vosque y ¡Eh, Tío! vinieron a Madrid a presentar la nueva edición de sus trabajos, porque es inhumanamente posible estar en dos lugares a la vez y porque, tal y como se ponen los precios de los hoteles en los eventos, aprovecharán que la mitad del equipo vive en Barcelona para ahorrárselo el fin de semana que viene. En un gesto que les honra (aparte de grandísimos profesionales, son inmensas personas) estuvieron ayer en la librería El Mono Araña de Madrid, y estarán esta mañana en la librería Generación-X de las Rozas, para que su público madrileño no nos quedáramos con las ganas de verles hasta diciembre, pero no todos van a poder hacer lo mismo.

Además, reconozcámoslo, el Salón de Barcelona tiene más nombre, antigüedad, y respaldo institucional que el de Madrid (ellos no son unos apestados), por lo que las grandes editoriales, aunque pueden permitirse tener stand en ambos eventos, llevarán a los autores de primer nivel a Barcelona, mientras que para Madrid quedarán los menos populares, o más locales. Al final, como decía antes, se traducirá todo en una diferencia de impacto mediático abismal, quedando el Salón de Barcelona para los titulares, y el de Madrid como un pie de página, un "mira cómo son los de Madrid, envidiosillos ellos, que necesitan copiar a los de Barcelona", cuando no es, en absoluto el caso.

Al final, lo que me parece es un gesto feo, ningunear otro evento similar al tuyo, cuyo objetivo es el mismo (dar a conocer el cómic, promocionarlo, y darle visibilidad) es más que descortés. Aunque la culpa, la verdad, también es de Ficomic, que tendría que haber reaccionado cambiando a su vez sus fechas, situándose en el calendario por delante del Salón de Barcelona, y no teniendo miedo de competir con el Gran premio de F1, o con el de Motociclismo de Jerez. Y qué leches, hace tres semanas ya hacía tiempo para hacer cola en la Casa de Campo.

A ver, que no todo lo que ha hecho Ficomic este año está mal. La carpa de artistas, donde muchos profesionales podrán vender directamente sus originales a los aficionados (un espacio muy demandado por los dibujantes, desde hacía mucho tiempo) es, desde luego, un paso adelante, pero cuyo anuncio quedó bastante eclipsado por las ofertas de empleo para azafatos del evento (pedían gente de más de 1,75 de altura, morenas, y con una 95 de pecho).


También han tenido sus reveses, como encargarle el precioso cartel que veis justo sobre estas lineas al dibujante gaditano Carlos Pacheco (personalmente creo que es el mejor cartel que ha tenido nunca un salón dedicado al Cómic en España, incluso mejor que el de Alcalá de Henares del 2000), y que ciertas editoriales les obligaran a parchearlo para que no les denunciaran por infracción de copyright, quedando como final el cartel que véis justo debajo. Como dicen por ahí, Karma is a bitch.


Llevo años quejándome de lo aburrido de Expocomic (realmente sólo iba por los recopilatorios de El Vosque y ¡Eh, Tío!), y el Expomanga me motivaba poco más o menos igual (mejor ambiente, pero más manga), pero este gesto tan feo de Ficomic ha logrado convencerme de que nunca más vuelva por allí. Estuve una vez, hace años, y reconozco que fue impresionante, pero no quiero contribuir con gente que hace semejantes feos a unos compañeros con los que habría que colaborar, no a los que se quiere pisotear.

A algunos, todavía, nos importan las formas. Y si estos se las gastan así, lo menos que puedo hacer es no apoyarles yo tampoco a ellos, y pediros que vosotros tampoco lo hagáis. Y este año iré a Expomanga, aunque sólo sea a hacer cola, para demostrar que, aunque inferior en tamaño y recursos, no es un Salón a despreciar (ninguno lo es).

Nos vemos en La Casa de Campo.

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